Políticas educativas para atender la formación y la motivación en los docentes de instituciones rurales de bajo presupuesto, que garanticen una educación básica de calidad y equidad.

Resumen

En las últimas décadas, Costa Rica ha sobresalido en la región gracias a su educación. Lamentablemente, eso no quiere decir que la educación en el país sea de la más alta calidad y equitativa en todo el territorio nacional. Los informes del estado de la nación y del estado de la educación plantean la brecha existente entre Costa Rica y países con estándares muy altos en educación. Más aún, se ve en esos informes la brecha que hay entre la educación urbana y rural de este país. En el presente artículo se establece la necesidad de generar políticas educativas que favorezcan la educación rural y la transformen en una educación de calidad y equidad, ya que queda demostrado que la educación urbana, con sus recursos, sus horarios y la formación de sus docentes, se distancia cada vez más de la educación rural.

Por su parte, la falta de motivación de muchos de los educadores en las escuelas rurales es una falencia que debe ser erradicada, ya que hay gran relación de esta con la calidad de la educación. Los docentes velan por la motivación de los estudiantes, luchan para que alcancen sus objetivos, trabajan arduamente para evitar la deserción, pero ¿quién motiva a los docentes? ¿Cómo hacer que la innovación, la tecnología y la falta de recursos en las escuelas rurales no generen estrés y preocupación a sus docentes? Estas y otras interrogantes deberían establecerse en una política educativa pensada en la realidad de las escuelas rurales, que, en Costa Rica, es un porcentaje muy alto de instituciones con esas características.